Asesino instinto o backwards killer

Hoy mi cabeza arde, quedaron partes diseminadas por todos lados porque con la emoción no fui muy prolijo. Tal vez sirvan para algo, el infinito no tiene principio ni final así que cuando me levante cirujano haré reparaciones, tiempo sobra.

Busqué y busqué, pero terminé por autoejecutar mis propias ideas. Me resultó imposible hacerlo con las de los demás.

Fui capaz de escuchar lo que pensaba la gente, y para mi sorpresa, las ideas que flotaban eran de lo más inocuas, justo al revés de lo que siempre imaginé.

A la mañana el rastro de sangre se había borrado, pero no los utensillos liberadores; así que me encaminé al submarino y armado hasta los dientes empecé a recorrer la ciudad en busca de más ideas que asesinar.

Me había convertido en el asesino serial de ideas con el que estaba soñando últimamante así que fui derecho a la faena y destripé, apuñalé y disparé a varias de las mías.

Pensé que vivía en inglaterra y haría honor a las estadísticas, pero no se trataba de eso ni tenía nada que ver con Sarah Kane, después de un breve lapso de incomprensibles tic-tacs entendí que mi fantasía era realidad.

Anoche me desperté exactamente a las 4:48 y después de mirar el reloj me encontré con una 38 en la derecha y un puñal en la izquierda.


Las cosas cobran más sentido si somos capaces de mirarlas desde otro ángulo.