De paseo por vidas ajenas

Después de bajarme de las mandálicas olas del sonido, sentí que era tiempo de vacacionar, y no tuve mejor idea que hacerlo dentro de la vida de otra gente. De paseo fui por las historias de vida de extraños y desconocidos.
Es curioso como pude rearmar instantes con sólo un par de frases y algunas imágenes a color seleccionadas especialmente para mi viaje. Si me esforzaba un poco más, estoy seguro que podría haberle puesto sonido en estéreo a los momentos vividos por otros.
Supongo que no lo hice porque sentí que era demasiado eso de seguir invadiendo fiestas a las cuales no fui invitado, brindis en los cuales nadie me esperaba o cumpleaños en donde nadie me conocía.
En un principio me pareció que mi frondosa imaginación estaba inventando las palabras ausentes, que llenaba los espacios en blanco con fantasía, pero con el correr de los minutos me di cuenta que no era así. Estaba todo al alcance de mi mano, me reí con sus alegrías, sufrí por sus terribles pérdidas, experimenté la excitación de las fiestas más descontroladas y escuché el vacío de sus soledades. No somos tan distintos.
Más tarde dibujé fabuladas teorías, y lo inexplicable quedó plasmado en unas líneas curvas cargadas de tensión.