martes, agosto 04, 2009

Plagiando al Diego

En un gesto que sólo yo veo, el mundo en miniatura.
Y un millón de tornillos bailan al ritmo de mis dedos.
Voy quedándome sin horas, hoy el discurrir de un día cualquiera
comienza a resultarme tan habitual como nunca. Así es como es.
Sin esfuerzo dibujo en mi memoria y sé que el movimiento es ilusorio,
pero soy feliz traduciendo en sentido antihorario.

Intimamente presiento que Borges hoy odiaría mi elección de colores.

1 Comments:

Blogger Lila Biscia dijo...

ufff!
Fantastico pachu!
La frase final es genial!
Que bueno volver a leerte.

12:26 a. m.  

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