Alienando a PK

No sé cómo empezó ni qué botón toqué, pero de repente tengo tres frentes por donde llegan los estímulos y soy capaz de prestar atención a todos. Si dejo de concentrarme en uno, me siento vacío.
Así fue como decidí cenar comida thai con palitos en los cazos que me regaló esa mina con nombre de continente en Madrid, mientras escucho música a todo volumen y a la vez presto atención a dos tipos matarse a trompadas en la tele sin dejar de cantar las canciones de Björk. Fue por puntos la pelea. ¿Será posible que hoy en día nadie pueda tomar decisiones y todas las peleas cotidianas se ganen o pierdan por puntos? ¡Extraño la vía del knock-out!
Mi alter ego no resistió semejante tormenta de información y vino a escribir. Aunque ahora que repaso, tal vez sea yo mismo el que tipea, necesitado de más estímulos y es mi alter ego quien está tocando la guitarra en el comedor mientras baila cual Flea de los Peppers un tema del último disco de Audioslave y descorcha uno de los vinos de la minibodega.
El vino me lo tomo yo, eso sí, porque él tiene los guantes puestos.
Muchos días de abstinencia de estímulos, o breakdown psicológico. Me imagino que mañana lo entenderé. Hoy tengo otras cosas que hacer.