jueves, octubre 25, 2007

tiuq i semitemos

Me pregunto si puedo aprender del vacío, si soy capaz de distorsionar una realidad inventada.
Por lo general la renuncia me resulta una tentación e invento miles de estrategias inexpugnables para la desidia.
Invariablemente cedo y en ese punto mi único refugio se vuelve musical y nada puede sacarme de la inmensidad sonora. Me sumerjo en mi oscuridad, nadie puede verme.
Pero también, cada determinado tiempo robo una bicicleta en un sueño y vuelvo a ver como se bifurca el camino justo delante de mis ojos.
Será que la fantasía tiene también equilibrio. ¿Quién sabe?

martes, octubre 16, 2007

Oír un recuerdo

Me oí repitiendo palabras que había olvidado cómo sonaban con mi propia voz.
Fue extraño al principio, porque no reconocí mi timbre, ni la entonación. Ni siquiera el acento.
A medida que fueron llegando a mis oídos, fui acostumbrándome de nuevo y lo que ayer sonó ordinario, hoy sonó intenso, tembloroso y porteño.
Me oí decir que cada tanto es preciso sorprenderse con cosas que sé de memoria para poder tomar por asalto a la próxima ilusión.

Hasta que un día
ya no sea necesario recordarlo.