sábado, septiembre 30, 2006

Estrechez de miras

Miré por el agujero de la cerradura y lo vi, pintado de dorado el camino giraba y se adentraba en el bosque de columnas. Con desespero corrí a buscar la llave y pasé interminables minutos hasta dar con ella. Después de tres o cinco vueltas logré abrir la puerta y corrí por el camino que me había estado esquivando durante días.
Al parecer el sendero no está siempre en el mismo lugar, porque cada vez que miraba sólo veía un muro ciego del otro lado, pero hoy no, hoy estaba transitable y lleno de prometedoras aventuras al paso.
Me había olvidado cómo enfocar la lente de mi cerradura y en vez de buscar el serpenteo que lleva hacia el arco iris apuntaba hacia el colorido efecto, y por supuesto no encontraba más que nadas con forma de gris perlado y todos con olor rancio.
Qué feliz soy con tan poco, gritaba mientras se lo tragaba la selva de concreto. Llevaba en el bolsillo un tarrito con azafrán, un dibujo de las letras y una charla filosófica con quien menos se lo esperaba.

martes, septiembre 26, 2006

Empezando en amarillo

Como una especie de globo amarillo creció a mi alrededor, todo el aire que había se fue consumiendo y necesité respirar de nuevo. Asomé la cabeza y todo era color azul, así que nadé cerca de la superficie de la nueva esfera. Tampoco tenía salidas a la vista, pero el agua en mis ojos podía estar jugándome una mala pasada y seguí.
Mi única preocupación era encontrar un lugar en donde descansar fuera del agua, y tras muchas horas me di cuenta que flotaba en una especie de líquido amniótico que era proveedor de oxígeno y alimento. Después de descansar fui capaz de ver. Los rastros del globo amarillo habían desaparecido, y el azul había mutado a un rojo sangre. Recorrí todo lo que pude, hacía rato había dejado atrás la sensación de encierro y gracias a eso encontré una especie de puerta que me devolvió a los verdes, ya sin líquido y seco gracias al calor de un astro que no puedo reconocer, camino por la superficie de la esfera azul.
Volver a empezar requiere de mucha destreza.

domingo, septiembre 24, 2006

Groundhog's Day

Me deslizo a diez centímetros del piso cual personaje principal en una peli de Spike Lee.
Veo las cosas pasar, pero nada me toca, nada me afecta. Las emociones están tan a flor de piel que presiento que si hago contacto con cualquier cosa podría llevarme de nuevo al aterrador mundo real, y hoy no puedo con eso, así que sigo viajando sin fijarme demasiado en los obstáculos.

El mundo de la fantasía me cerró las puertas hoy y el señor que vende las entradas me dijo que vuelva mañana. Estoy jodido pensé, pero inmediatamente la rueda giró, pero giró trescientos sesenta grados y estaba en el mismo lugar otra vez, preguntando de nuevo lo mismo que antes. Seguí intentando, pero la película hacía un loop en el mismo punto y una y otra vez llegué al mismo inicio sin importar qué camino hubiera elegido.
No me sirvieron las miradas nuevas, las despedidas viejas ni los esplendorosos atenuantes de realidad. Hoy el aire venía con una concentración mayor a la habitual de realidad y no pude hacer otra cosa más que tragar el elixir.

Ya está, soy como Bill Murray en Groundhog's Day. Voy a ver si aprendo a hacer esculturas de hielo.

¿Será eso lo trágico del domingo, la alta concentración de realidad en la cual viene inmerso?

jueves, septiembre 21, 2006

cuatro preguntas estúpidas

uno
Ayer soñé que extrañaba Madrid, que me había olvidado lo fácil que era pasear por las calles, de lo que me gustaba tomarme el metro con sus 13 líneas y de cómo me había acostumbrado al acento.
Hoy me desperté y me acordé lo enamorado que estoy de Buenos Aires, y cómo extrañaba sus subtes que están siempre sucios, con sus calles que siempre tienen algo interesante que mirar y con el acento porteño que nunca perdí.
¿Por qué uno extraña lo que no tiene, pero no presta atención cuando lo tiene?

dos
Situación repetida: Vas a un restaurant y en tu mesa falta una silla, así que la pedís en otra mesa.

- ¿La usas? / ¿Puedo llevármela?
- No. / Sí.

Como no sabés si entendieron la pregunta o el gesto, o no te escucharon pero entendieron la idea repreguntás.
¿Por qué esa pregunta se hace casi obligadamente dos veces?

tres
Todos usamos messenger, gtalk o alguno de esos, (obvio, somos re cool)
¿Por qué atrás del teclado hablamos y decimos cosas que cara a cara es mucho más complicado de hablar?

cuatro
Mil veces intenté acordarme de la sensación de estar enfermo, y no lo logro. Y otras mil veces intenté estando enfermo recordar cómo era sentirme bien.
Pareciera ser que un efecto anula al otro de tal manera que el cuerpo no registra el estado antagónico.
¿Por qué entonces no podemos recordar la sensación de estar sanos cuando estamos enfermos y viceversa?

miércoles, septiembre 20, 2006

El silencio es ensordecedor

No suelo pasar demasiado tiempo en el más completo silencio, pero hoy no tenía ganas de poner música ni de encender la tele (cosa que pocas veces hago) así que durante unas dos o tres horas escuché sólamente el tráfico lejano.
De repente me aterró esa idea devastadora de soledad y sin pensarlo demasiado estaba hablándole a la mesa, heladera, picaportes, y demás cosas que se interpusieron en mi camino. Como no me contestaban caí en la cuenta de que no era muy sano todo eso y dejé de hacerlo porque yo soy alguien normal.
Así que volví al mutismo, pero no estaba demasiado conforme, y me imaginé que en cualquier momento estaría hablando de nuevo con la ropa, la almohada, o el cepillo de dientes. Hice un gran esfuerzo por no hacerlo pero fue en vano, hace un rato empezó a hablarme sin que yo dijera nada la alfombra que tengo en el comedor, y así fueron soltándose uno por uno todos a quienes antes les había hablado yo y se plegaron una serie de personajes de lo más interesantes, se ve que son tímidos.

lunes, septiembre 18, 2006

Las dificultades de querer ser

Quise saber si realmente era verde y para comprobarlo decidí transformarme en rojo.
En el camino de la metamorfosis me olvidé el destino final y también me di cuenta que podía elegir cualquier color de la paleta, así que fui probando. Un día me levanté azul, al siguiente fui marrón, y así fui cambiando.
El problema se presentó cuando redoblé la apuesta y como era fácil ser, decidí dejar los colores para convertirme en sonido. Fui silbido, redoble, estallido y susurro. Pero por supuesto, nada de esto me dejó satisfecho.
Cambié a las formas y fui rueda, giré sin mayores preocupaciones que el encuentro de un clavo en mi camino, y cuando estuve a mitad de viaje hacia algún lugar me convertí en semáforo; guiñé mis ojos a quien quisiera verme y observé el movimiento del mundo desde lo alto de una calle.
Otro día había tenido ganas de navegar el inframundo de la ciudad y fui roedor. La comida no era de lo mejor ahí, y volví hecho avión de papel de diario.
A esa altura me había olvidado completamente de querer ser, y en un instante de lucidez, me vi desaparecer y dejar de ser corpóreo. Me había vuelto invisible a mis propios ojos.
La idea me sedujo y deambulé por donde me llevaran mis pasos hasta que necesité tu calor y volví a ser tal como fui. Me di cuenta que es eso lo que quería ser: yo.

domingo, septiembre 17, 2006

Lo inevitable de mi olfato

Una vez más llegué tarde. Parece que no soy capaz de escuchar las señales sonoras y para cuando estuve ahí, ya no pude ver los cueros de los tambores, ni el hormigueo de la gente.
Nada quedaba, sólo la sensación en el aire de que algo interesante había pasado.
Cerré los ojos, tapé los oídos y el olor en el aire me llevó de viaje quince años atrás. No fue sólo una sensación, de verdad estuve ahí. Lo sé por la intensidad de los colores y por el largo de tu pelo.
Las cosas que puede hacer el olfato en mi cabeza no dejan de sorprenderme.
Lamentablemente sé que el paseo temporal sólo dura una fracción de segundo así que no tuve más opción que pisar los precisos espacios donde dejar huellas delebles.

El camino de regreso es siempre menos emocionante que el de ida, pero aunque conocido, no tengo por qué recorrerlo del mismo modo cada vez.
Vi a dos focas conversando con una tortuga y las saludé al pasar. Me subí al molino que volaba y atravesé dos nubes de tormenta.
Seguí la reja hasta que terminó y la sensación de libertad se presentó sin llamar.
Aunque otra vez estaba en la ciudad, me resigné y no me pareció tan terrible,
bajé por la escalera caracol y ya era verano. Qué bien.

sábado, septiembre 16, 2006

eyelashes and vodka

you say you'll call but you don't
you cook for me but you don't eat
you seem ready to rock but you don't like to roll

eyelashes and vodka

i play the tune but i don't dance
i make endeavours but i descredit'em
i show my cards but i fold

olives and wine

somedays it's just so easy
the world keeps turning
and more yesterdays are still to come

jueves, septiembre 14, 2006

glowing head

like an orange dyeing tide the night sometimes finds me
drowning every spot of my emotion
i choke to death in my very own color
and in the aftermath i'm swimming in thick red water

No one will ever try to find me there

like a starry night lights blind my pace
illuminating every house in the canvas
i dazzle myself with imagination
and i get to fight my other me

it's so easy to retaliate against the sun


closing every window
copypasting day after day
replicating known movements
hiding inside a head riot

i won't go that easy

domingo, septiembre 10, 2006

Endorfinas en la mente

Cuanto me costó el impasse. Dejar de ser yo para ser quien fui se me hizo agotador, abrí todas las ventanas para ver si el aire imprime velocidad al retorno.
Las endorfinas trabajaron a la perfección y me llevaron al estado alfa en el cual nada es lo que parece y todo lo usual se convierte en algo nuevo pero con el tedio de ayer.
Ahogarse como nunca en la vieja rutina puede ser muy desalentador.
Al fin la bruma se despejó y el camino de vuelta dejó de ser un espejismo.
Como los zapatos son tan nuevos como los pies no me sorprendió encontrarme con los malditos recuerdos nuevos, los recién creados, los inventados en el sueño de anoche. Esos que son imposibles de borrar.
Como el eterno resplandor de una mente sin recuerdos, así, tal cual.

viernes, septiembre 08, 2006

Joga

All these accidents that happen
follow the dot

coincidence makes sense

only with you
you
don't have to speak - I feel


Emotional landscapes

they puzzle me
then the riddle gets solved

and you push me up to this:

State of emergency : how beautiful to be
state of emergency : is where I want to be


All that no-one sees

you see

what's inside of me

every nerve that hurts
you heal
deep inside of me
you don't have to speak - I feel


Emotional landscapes

they puzzle me
then the riddle gets solved
and you push me up to this:

State of emergency : how beautiful to be

state of emergency : is where I want to be

Sleeping sllip

No sé que pasa con la gente, será que siempre fue así y no me había dado cuenta hasta ahora o será que el tiempo empezó a moverse en fracciones distintas al segundo.
Últimamente entro con frecuencia en la quinta dimensión y la puerta está ahí, al alcance de la mano de todo el mundo, pero nadie parece darse cuenta lo cual me sorprende cada vez.
Cuando paso el umbral, lo que queda atrás parece flotar, se mueve más lento, o yo más rápido; aún no logro determinarlo.
Y me deslumbro con cosas que antes me parecían triviales.

El otro día viajé en una joyería, y estuve de visita en una clínica de rehabilitación todo en el mismo combo. Los pacientes y compradores estaban ocupadísimos enviando mensajes de texto y hablando en croata con familiares que viven en Egipto. Pero muy a mi pesar, en ese momento transito los pasillos a supervelocidad, así que en un abrir y cerrar de ojos había vuelto y me encontraba sentado en el 110.
A veces sueño despierto y veo la matriz, la gente deja de ser tal y se transforma en ecuaciones totalmente predecibles y claramente calculadas por un señor de bigotes que se sienta al lado de una biblioteca gigante.
Me ve, yo lo veo, lo saludo con la cabeza y él me guiña un ojo al tiempo que ojea un libro distinto cada vez.

Un día de estos me quedo a charlar con él y le pregunto a ver si sabe cómo hacer para pasar más tiempo en el carrousel.

jueves, septiembre 07, 2006

Mesa

Terminé mi segundo mueble. Contento estoy.


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lunes, septiembre 04, 2006

Boundaries

Reboté contra las seis paredes del cubo en el que estoy, llegué a cada borde imaginable y salté del otro lado para encontrarme en un nuevo espacio idéntico al anterior.
Los bordes atraen mi atención, la aceleración antes del impacto me resulta emocionante. En cada golpe dejo una parte y sigo con lo que tengo sin mirar atrás.
Aún sabiendo que la materia es impenetrable vuelvo a intentar la embestida.

Encontré una arista interesante hace poco e hice equilibrio un buen rato hasta que me aburrí del deambular, la línea se tornó avenida y salté otra vez.
Corrí y choqué, subí por paredes caminé por techos y volví a pararme en una línea. Esperé lo necesario y volví a empezar.
Estos son días de incertidumbre, estoy de nuevo al borde del precipicio esperando el indicio adecuado.

viernes, septiembre 01, 2006

Cerebro, pingolerito y otros amigos

Hoy cerebro se levantó hiperactivo, otra vez a organizar cosas, a diagramar sus planes de dominación mundial y tantas otras tareas a las que se dedica.
Después de unos días vertiginosos encontró un lugarcito para tirar de los enchufes y ponerse a ordenar de nuevo cómo serían las próximas siete mil horas de vuelo.
Por suerte un amigo tenía que darle descanso a pingolerito y me lo prestó. En este mismísimo momento cerebro está maniatado y bajo las órdenes de un payaso. Espero que como mínimo tenga peluca y la nariz de colores.
Puedo volver a dedicarme a la fantasía full time y podré dejar esos preciosos espacios en gris para rellenar con pedazos de realidad.
Sé que
volverá a moverse por las planicies inferiores en los próximos días, intentará sublevarse y tendré que controlarlo para empezar una vez más la carrera contra el tiempo.
Menos mal.
Más bien.