sábado, octubre 28, 2006

...y caída

Si lo hubiese sabido, hoy elegiría viajar en el tiempo y desconocerte.
Si fuera dueño del tiempo volvería el atrás y no vería como caminás entre taxistas.
Si me fuera posible evitar las imágenes, tal vez hoy pueda dormir.
Si pudiese dormir, dejaría de pensar en el miedo.
Si el miedo no fuera tan grotesco podría dejar atrás la inmovilidad.

Pero hoy no puedo.

viernes, octubre 27, 2006

Éxtasis

Ante el peor de todos los miedos y la confirmación de los temores más grandes el salto al vacío pareció la opción más sencilla.
Y lo hice,
salté desde el techo de un rascacielos que encontré cerca, y caí parado. Pensé que ya no estaba entre nosotros, tal como lo había planificado, pero todo estaba en su lugar.
Es así que comprendí que mi miedo es liberador, no sé como será el de otra gente, el mío me lleva al éxtasis en su punto más agudo.
Hoy soy capaz de cualquier cosa; de volar en el mar
, de extrañar el olvido, de llenarme con el vacío, de quemarme con agua y aliviarme con fuego, de gritar en silencio y de llorar de risa.
Así que no me tienten con propuestas descabelladas porque nada me detiene, hoy me reí en la cara de la parca, hoy mis palabras valen su peso en oro.

miércoles, octubre 25, 2006

Mirada

Una mirada de soslayo y el mundo cambió por completo.
Un cuadro cortado y la imagen perfecta.
El mundo ahora baila para mí, al son de mi música, al compás de mi capricho.
Y sí, ignorance is bliss.

viernes, octubre 20, 2006

greyish // nonsense

//1
Hay días en los cuales los colores se destiñen y lo que veo no tiene valor cromático.
En un principio temía ver el mundo atonal, pero debo reconocer que de a poco es posible verificar matices.
Un temible gris representa la fogata más crepitante, mientras que un seductor gris muestra el ocaso de otro día. Un gris brillante representa la guía que me lleva al descanso y el más consolador de los grises entibia los sentidos. Pero hoy no hay color para ningún sonido.
De percepciones está repleto el arcoiris.


//2
Atonal es el átomo atónito atento a tentarme.
Menor medida mide mi suero.
Rodeado de ruedas rodeo los grises.
Estimo timarme y mermar mi humo.
Mordaz mordida daría mi psique.
Queriendo donar hartos solfeos.
Oscuros sonetos soñando resisten
Encierran rancias astucias salinas.
Aspiran, ansían y anidan la nada.
Darían la vida en actos reflejos.

miércoles, octubre 18, 2006

Núcleo

Hoy jugué con las sombras hasta que la visión nublada configuró la imagen que buscaba.
Detuve el movimiento hasta que identifiqué sensorialmente cada punto del cuerpo y escuché cada latido del corazón, cada movimiento de los músculos e identifiqué cada músculo tensionado.
Es necesario ser paciente, y estar extremadamente pendiente de cada mínimo cambio.
Fue apenas un instante, pero de esos en los cuales las imágenes son reveladoras.
Me costó cuatro días tomar el valor para hacerlo, y en cuanto estuve en el umbral retrocedí inmediatamente temiendo exponer el núcleo y no ser capaz de contener los ríos de racionalidad contenida o peor aún, comprender la matriz que lo compone.
Mañana tendré más experiencia. O tal vez más audacia, ¿quién sabe?

sábado, octubre 14, 2006

Beliefs & Disbeliefs

Difícil fue estar seguro, pero lo estuve, en algún momento tuve garantías y lo supe.
Pero me olvidé de qué estaba seguro o por qué buscaba estarlo, y volví a dudar de todo.
Estoy seguro que nada es lo que parece, que lo real como definición carece de sentido y en ese punto el conflicto se agrava, porque podemos asentar las bases del mundo sobre la realidad, pero si descubrimos que el punto de partida es erroneo, de pronto estamos sentados en una silla a veinticinco metros del piso sin un edificio que nos contenga. Entonces, ¿podemos realmente estar seguros de algo?
Estoy seguro de que no lo estoy. Y estaría mintiendo si dijera que eso es verdad.
Por hoy me alcanza con eso, y es extraño saber sin ningún tipo de dudas que no me alcanzará en el futuro próximo, y que será necesario, una vez más, verificar que es verdadera
la verdad.

jueves, octubre 12, 2006

Hourglass

Detuve el tiempo, mientras caía la arena del reloj y cada grano fue un universo.
Me concentré en uno solo y estuvieron a mi alcance las variables que lo componen.
Aceleración, masa y humedad no significaron nada, pude girar como canto rodado o seguir hasta estar fuera del vidrio. Elegí las dos a la vez.
Repetición y más arena. Volver a caer o volver a subir.
Llegué a destino y fui uno más, o seguí buceando hasta tocar el fondo del océano.
Excavé en la arena y toqué el borde para darme vuelta y volver a la superficie.
Son infinitas las posibilidades, sólo es cuestión de elegir.

miércoles, octubre 11, 2006

Navegando recuerdos falsos

Viajé hasta el más allá acompañado de un recuerdo falso que no tenía correlato con la realidad.
Mi mente fue capaz de seleccionar las partes que necesitaba, suprimió las que no eran útiles y fue así como recordé un evento de manera que sólo yo viví.
Con el tiempo, me fui encargando de completarlo, y lo que una vez fuera una línea recta entre dos puntos hoy es una hermosa sinusoide que recorre los más variados paisajes. Los puntos grises o confusos fueron completados por retazos de otros recuerdos, o simplemente dejados en el taller de los recuerdos inservibles a la espera de su utilización.
Exagero tal vez, pero cuando comparo notas con asistentes a mis recuerdos, me entero que estos no fueron tal como los viví yo, sino que lo que recuerdo no es otra cosa que una ilusión o una sensación más que un hecho real, o que en su defecto, lo que recuerdan los demás personajes de mi historia es una alteración de la realidad.
Sólo se recuerda lo mismo que otro cuando con el tiempo se construyó a base de acuerdos secretos de masas encefálicas, un relato consensuado. De lo contrario, no hay coincidencias.
Todo esto me hizo pensar en que ninguno tiene memoria de un hecho real sino que cada cual recuerda lo que es necesario para reproducir una sensación en el momento preciso.
Cada día admiro más el poder de conversión, protección y servidumbre que la cabeza tiene.

domingo, octubre 08, 2006

Tatuado

Hoy llevo en el cuerpo la marca de una mala decisión. Como si hubiera asesinado a un yo que estaba casi muriendo, mi otro yo resurgió de las cenizas, y quedé marcado.
Lo raro del asesinato de mí mismo es que me recordó cuán vivo estaba en el preciso instante en el que exhalaba los últimos suspiros. Tripas aparte.
Con la marca entre el índice y el pulgar y ya hoy siendo mañana, me cuidé de que la gente no me viera, y desaparecí entre las sombras en pleno día. Caminé por caminos que conozco casi de memoria, y llegué queriendo al depósito municipal de pensamientos.
Muchos claro está, habían sido retirados por sus dueños, pero una cantidad considerable seguía descansando ante mi atenta mirada. No encontré lo que buscaba, ninguna idea quiso venir conmigo a pesar de mis promesas, pero a cambio encontré un alivio que había olvidado. Paz interior garantizada a un bajo costo.
No me sorprendió que durante cinco minutos todos los habitantes del mundo fueran personas menores de cinco años, creí que podría engañarlos fácilmente ya que por su manera de conducir no podrían detectar a un delincuente, pero descubrieron la marca que llevo tatuada con una mirada de soslayo. ¡Qué expertos son en descubrir las grietas!
Me dejaron otra vez en el punto de partida, con el sonido del tic-tac infinito, y el hi-hat sonando detrás de mi nuca.
Creí que no me había quedado nada, pero ahora, además del tatuaje, tengo la promesa de más mundos poblados por habitantes inmpensados en donde podré por fin encontrar ideas.

martes, octubre 03, 2006

Reciclaje

Pasando por ideas ridículas voy engañándome hasta que voy olvidando de qué me quería escapar y logro centrarme y estar en equilibrio.
En un principio sólo es un juego, y las ideas ridículas me parecen divertidas, aunque a veces avergonzantes casi como si me faltara el respeto con tan poca cosa: "¿con eso me voy a engañar?" pero el proceso de borrado sistemático de la memoria inmediata funciona aceitado a veces en mí, supongo que en todos será así, y pronto soy Memento y me olvidé por qué quería convencerme de hacer algo que en un principio creía que no debía.
Se desarma la original concepción de una idea hasta ir formando pequeños trazos de nada, y cada uno de esos trazos tan maleables van dibujando pequeños universos, cada cual con su sentido y autonomía.
Uno puede ser una calle repleta de gente, otro puede ser la imagen de una forma que tengo en la cabeza cada tanto y que de a poco se va convirtiendo en mi nuevo proyecto de mueble. Otra parte que queda suelta me hace recordar el guión en el cual pienso e imagino a un personaje diciendo una frase que se me ocurrió recién "ahora no nos queda otra, sigamos" y así construyo con partes sueltas y recicladas un nuevo todo que rueda con fuerza.
Tan bien funcionan los engranajes, que en este momento no puedo recordar de qué estaba hablando en un principio, y se me ocurrió esribir esto.
La próxima vez que me acuerde de lo que me acabo de olvidar, sentiré un pequeño deja vu pero creeré que acaba de asaltarme esa nueva idea.

lunes, octubre 02, 2006

Tic.Tac - Toe

Parece ser que hace un tiempo estoy tras los pasos de un duplicador de tiempo y no me había tomado el trabajo de contármelo porque supuse que era demasiado obvio. Tan obvio como que todos mentimos, y bajo esa premisa, ¿por qué no debería mentirme a mí mismo?
El duplicador en cuestión logra que un día se convierta en dos, y hablando de obviedades, dos días se convertirán en cuatro. Así es como, y a pesar de mis disquisiciones filosóficas y quejas fundamentales, lograré vencer la tediosa espera del paso de las horas; duplicándolas. Viviendo de a dos horas en vez de a una, consiguiendo acelerar las emociones, y resumiendo a un minuto lo que debería llevarme dos.
Así bajaré dos veces por el mismo tobogán adrenalínico al paso de un solo descenso, y subiré con el doble de esfuerzo el remonte de las laderas más escarpadas. El éxtasis será mayor al final la tarea, el gozo en el transcurso será duplicado, pero los peligros también cuentan por dos. Mi atención dividida deberá estar más atenta que nunca.
Nada más sencillo que lo imposible. Elemental mi querido Pachuco, elemental.